martes, 21 de junio de 2016

Pinocho y la alquimia


Pinocho y la alquimia

Como Evola dice: ” La Heterogénesis reemplaza la autogénesis”. El alquimista rehúsa alejarse de su misterio: Él entra en él. Él lo comprende, esto es, “toma en sí mismo” el deseo que liga en todos lados al azufre con el mercurio; él le obliga a desear a Dios.

“VISITA INTERIORA TERRAE RECTIFICANDO OCCULTUM LAPIDEM”.
Al describir el “descenso en el infierno” resumido en la palabra VITRIOL, la alquimia ha preservado símbolos muy antiguos: ella habla de un viaje nocturno bajo el mar, en el cual el héroe, comparado a menudo con Jonás es tragado por un monstruo.

Pero el vientre del Leviatán tornase una matriz: Se forma un huevo alrededor del hombre aprisionado; es tan extremadamente caliente que el héroe pierde todo su cabello; expelido por el monstruo él sale del mar primordial calvo como un bebé recién nacido.

(*) Centro masculino de la voluntad, localizado en la región frontal.

(**)Centro femenino de la imaginación, localizado en la región umbilical.

Él, en efecto, ha vuelto a nacer, y cada detalle del simbolismo está cargado con significado: el mar mezclado con la noche es la oscura MATERIA, la humedad del mercurio. El monstruo es Ouroboros, el guardián de la energía latente, análoga a la serpiente de Kundalini en la doctrina Tártrica. Finalmente el calor es el de la pasión: la victoria del héroe consistirá en hacerlo un calor de “auto incubación”, un fervor de renovación; entonces el mundo no es más ya una tumba sino u a matriz, y el héroe, fertilizándose él mismo, tornase el huevo del cual él renacerá.

Obsérvese que la alegoría del iniciado tragado por el mar y/o por un monstruo marino, se repite en el cuento de Pinocho, un cuento eminentemente esotérico. El mismo Jesús dice cuando habla de la señal que recibirá aquella generación, “no será otra que la señal de Jonás“.

Osiris es encerrado en una tumba en forma de pez, en la Masonería aún se hace ese rito de muerte y resurrección, cuando encierran al aspirante en un ataúd para luego sacarlo de allí ya “iniciado”.

Pinocho representa el alma en transformación, es un muñeco de madera que puede hablar y aprender y que es mandado por su padre Gepetto (El Padre Interno) a la escuela que representa la vida. En la escuela Pinocho (nosotros) queda atrapado por un mal amigo (que está dentro de uno) que lo aconseja erróneamente y termina en el circo (nuestro sistema de vida).

Al final Pinocho pierde contacto con su real propósito y termina en un circo, luego le crecen las orejas y la cola de burro (nos embrutecemos). Luego termina en el fondo del mar, tragado por una ballena y encuentra dentro de ella, Oh sorpresa!, su padre Gepetto que había salido a buscarlo. La ballena es el proceso de la iniciación, allí se vuelve a reencontrar con su origen.

Siempre es ayudado por su “Hada Madrina”, representación de la Divina Madre. Al final esta lo transforma en un niño de verdad, logra su anhelo más preciado. Esto representa que de muñecos pasamos a seres reales, es bastante sencillo. Pero todo ese relato es Alquimia Pura, un relato sencillo y lleno de amor, así como de una simbología oculta tremendamente profunda.

Centauro 996

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